Tenía siete años y una sonrisa perenne en el rostro. Se la pasaba estudiando y dibujando en su cuaderno. Era una niña ejemplar, educada, amable y respetuosa que jugaba en el patio de su casa rodeada de familiares cuando, de manera repentina, la alcanzó la muerte.
Odry Ayleen Arias Díaz falleció luego que el conductor Marcial Vicente Montero, de 50 años, perdió el control de su vehículo, impactó una pared y penetró al patio donde la menor se encontraba junto a familiares, quienes salieron ilesos.
Montero indicó en el acta declaratoria que la tragedia se debió a que su vehículo se aceleró “de forma repentina”, el pasado 18 de febrero, a las 3:30 de la tarde, en la calle Paraíso del municipio de Haina, en San Cristóbal.
Odry Ayleen murió al instante, sin embargo, sus familiares la llevaron a un centro de salud con la esperanza de que reaccionara.
Entre llantos y sumergida en el dolor, la madre de la niña expresó que todavía no ha podido asimilar la muerte de su hija al considerar que este no fue un simple accidente de tránsito debido a que la menor no estaba en la calle.
“Era mi única hija, el amor de mi vida. Mi hija se encontraba en el patio de la casa junto con mi papá y algunos de mis hermanos, cuando, de manera repentina, un señor la atropelló”, manifestó a Diario Libre la madre de la menor, Odannilia Díaz Pérez.
Además, explicó que, a raíz de la situación, no ha podido tener paz y se ha mantenido recibiendo ayuda médica y tomando medicamentos para poder conciliar el sueño. Expresó que, luego de la tragedia, su hermano presentó una parálisis facial.
El certificado de defunción del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) indica que la causa de la muerte de la niña fue “trauma contuso múltiple”.
Fue una niña risueña
Odry Ayleen cursaba el segundo de primaria en el Centro Educativo Mi Pequeñín y, según contó su madre, “siempre tenía una sonrisa en su rostro”, que alegraba a todas aquellas personas con las que compartía.
Se la pasaba estudiando y dibujando algunas figuras en su cuaderno. Era una niña ejemplar, educada, amable y respetuosa. Al describirla, las lágrimas de su madre corrían por su rostro ante el dolor e impotencia de perderla, sin embargo, el dolor de Marcial Vicente Montero, también era visible mientras le conocían medida de coerción en el Juzgado de Paz.
El accidente también “derrumbó” al conductor
El conductor Vicente Montero expresó que no ha tenido paz luego del hecho, debido a que su intención nunca fue hacer el mal. Durante la audiencia las lágrimas del conductor no cesaron al contar a la jueza cómo ocurrieron los hechos en el que resultó muerta la menor Odry.
A las afueras del Juzgado de Paz se encontraba su esposa y otros familiares, quienes acudieron a darle apoyo, al describirlo como una persona trabajadora y de buen corazón.
Marcial Vicente Montero expresó a Diario Libre que se siente destrozado debido a que tiene muchos años conociendo a los familiares de la fallecida.
Marcial Vicente es maestro en dos escuelas del municipio de Haina y asegura que no estaba bajo los efectos del alcohol al momento del accidente. Se encontraba en un taller ubicado frente a la casa de la menor cuando, “sin pisar el freno”, el vehículo se aceleró “de forma repentina”.
La jueza de la Oficina de Atención Permanente de Haina decidió este martes que Marcial Vicente deberá asistir cada fin de mes al juzgado, y que deberá pagar una fianza de un millón de pesos.
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